miércoles, 18 de febrero de 2009

Tiempo diplomático

Este cable de Efe es lo suficientemente elocuente, si hablamos de retrasos...


Panamá destituye a diplomático por pérdida de preferencias

5:17 p.m. -18 de febrero de 2009 PANAMÁ. (ACAN-EFE). -El Gobierno de Panamá destituyó hoy de su puesto en la embajada de Bruselas al diplomático Jorge Eduardo Ruiz como la primera medida tras la pérdida de los beneficios arancelarios SGP Plus de este país con la Unión Europea (UE), informó una fuente oficial.Ruiz estaba a cargo, en calidad de encargado de negocios, de esa embajada panameña en agosto de 2008, cuando la UE recordó oficialmente a Panamá el plazo para presentar su solicitud de inclusión en el sistema SGP Plus, que vencía el 31 de octubre de ese año."Dicha comunicación llegó a Panamá en el mes de noviembre, cuando el plazo de la UE ya había vencido", indicaron a EFE fuentes de la Cancillería.Ruiz reemplazó entre los meses de junio y septiembre al embajador panameño en Bélgica, Pablo Garrido Araúz, hermano de la actual candidata a la presidencia de Panamá, Balbina Herrera Araúz, y que según las fuentes de la cancillería consultadas por Acan-Efe, se encontraba de vacaciones.La destitución de Ruiz, encargado originalmente de los asuntos culturales de la embajada, será efectiva a partir de 11 de marzo próximo, indicó la Cancillería panameña a través de un comunicado.Panamá tiene que esperar hasta mediados de 2010 a que vuelve a abrirse la lista de beneficiarios de la UE.El Gobierno aprobó la emisión de un "eurobono" para compensar a los exportadores afectados por la falta administrativa que deberán pagar aranceles de entre el 3% y 10% para ingresar sus cerca de 7 mil 200 productos al mercado de la UE, que hasta el año pasado los exoneraba.

Un poquito más y vienen a reaccionar después de elecciones...

lunes, 9 de febrero de 2009

Inmóvil

Acabo de atravesar la ciudad y he quedado con la sensación inequívoca de haber cruzado por una jungla. No es una metáfora romántica para describir la maraña urbana. Es un testimonio de realidad. Tardé cuatro horas para salvar ocho kilómetros. Desde un centro comercial, y sucesivamente tome un autobús, caminé ocho cuadras, tomé otro autobús, caminé otras cuatro cuadras, tomé un taxi que demoró 45 minutos en cruzar ocho calles y me dejó del otro lado de la oficina, una vía de cuatro carriles que demoré en cruzar diez minutos, no sin el riesgo de morir atropellado. En todo el recorrido enfrenté: ladrones disimulados, vendedores ambulantes obsesivos y amenazantes. Adolescentes imperturbables atravesados en medio del bus que no pasaban ni dejaban pasar, la pelea del busero con un agente de tránsito que le puso una boleta por adelantar en un lugar prohibido, una loca con un cuchillo que me persiguió varias cuadras y se descargó en maldiciones cuando no pudo darme alcance, una señora mal encarada que se enojó porque el taxi no la quiso llevar a ella y a mí sí. Nuestros sesudos planificadores urbanos y legisladores pusieron un bonito nombre al proyecto de renovación del transporte público en la ciudad de Panamá: Transmóvil, una especie de cruza entre el Transmilenio bogotano y el 'móvil algo' de algún otro lugar que no recuerdo. Es un nombre que denota dinamismo, grandiosidad, 'punch'. Un perfecto gancho de marketing para los agobiados pasajeros/transeúntes/ (¿electores?). En fin. Ahora que la licitación para definir quién pondrá los buses (sí, buses otra vez) nuevos que deberán teóricamente poner orden a la deblacle urbana, la turbidéz del acto público, al menos de algunos de sus actores, siembra dudas del tamaño de trasatlánticos sobre la viabilidad final de esa buena pero insuficiente iniciativa. Entre tanto, se entroniza otro sistema de transporte que obedece a las leyes del caos y se acomoda perfectamente a nuestra idiosincrasia. Su nombre podría ser uno más directo, simple y gráfico: Inmóvil.