martes, 2 de junio de 2009

Cerrado por inventario

Mientras pensamos qué vamos a hacer con este blog, refiero a los amables náufragos que lleguen por aquí dirigirse a mi otro blog Sierpe de Tierra, donde estaremos tratando toda clase de cosas, más lo que tengan a bien proponer. Gracias por la curiosidad.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Tiempo diplomático

Este cable de Efe es lo suficientemente elocuente, si hablamos de retrasos...


Panamá destituye a diplomático por pérdida de preferencias

5:17 p.m. -18 de febrero de 2009 PANAMÁ. (ACAN-EFE). -El Gobierno de Panamá destituyó hoy de su puesto en la embajada de Bruselas al diplomático Jorge Eduardo Ruiz como la primera medida tras la pérdida de los beneficios arancelarios SGP Plus de este país con la Unión Europea (UE), informó una fuente oficial.Ruiz estaba a cargo, en calidad de encargado de negocios, de esa embajada panameña en agosto de 2008, cuando la UE recordó oficialmente a Panamá el plazo para presentar su solicitud de inclusión en el sistema SGP Plus, que vencía el 31 de octubre de ese año."Dicha comunicación llegó a Panamá en el mes de noviembre, cuando el plazo de la UE ya había vencido", indicaron a EFE fuentes de la Cancillería.Ruiz reemplazó entre los meses de junio y septiembre al embajador panameño en Bélgica, Pablo Garrido Araúz, hermano de la actual candidata a la presidencia de Panamá, Balbina Herrera Araúz, y que según las fuentes de la cancillería consultadas por Acan-Efe, se encontraba de vacaciones.La destitución de Ruiz, encargado originalmente de los asuntos culturales de la embajada, será efectiva a partir de 11 de marzo próximo, indicó la Cancillería panameña a través de un comunicado.Panamá tiene que esperar hasta mediados de 2010 a que vuelve a abrirse la lista de beneficiarios de la UE.El Gobierno aprobó la emisión de un "eurobono" para compensar a los exportadores afectados por la falta administrativa que deberán pagar aranceles de entre el 3% y 10% para ingresar sus cerca de 7 mil 200 productos al mercado de la UE, que hasta el año pasado los exoneraba.

Un poquito más y vienen a reaccionar después de elecciones...

lunes, 9 de febrero de 2009

Inmóvil

Acabo de atravesar la ciudad y he quedado con la sensación inequívoca de haber cruzado por una jungla. No es una metáfora romántica para describir la maraña urbana. Es un testimonio de realidad. Tardé cuatro horas para salvar ocho kilómetros. Desde un centro comercial, y sucesivamente tome un autobús, caminé ocho cuadras, tomé otro autobús, caminé otras cuatro cuadras, tomé un taxi que demoró 45 minutos en cruzar ocho calles y me dejó del otro lado de la oficina, una vía de cuatro carriles que demoré en cruzar diez minutos, no sin el riesgo de morir atropellado. En todo el recorrido enfrenté: ladrones disimulados, vendedores ambulantes obsesivos y amenazantes. Adolescentes imperturbables atravesados en medio del bus que no pasaban ni dejaban pasar, la pelea del busero con un agente de tránsito que le puso una boleta por adelantar en un lugar prohibido, una loca con un cuchillo que me persiguió varias cuadras y se descargó en maldiciones cuando no pudo darme alcance, una señora mal encarada que se enojó porque el taxi no la quiso llevar a ella y a mí sí. Nuestros sesudos planificadores urbanos y legisladores pusieron un bonito nombre al proyecto de renovación del transporte público en la ciudad de Panamá: Transmóvil, una especie de cruza entre el Transmilenio bogotano y el 'móvil algo' de algún otro lugar que no recuerdo. Es un nombre que denota dinamismo, grandiosidad, 'punch'. Un perfecto gancho de marketing para los agobiados pasajeros/transeúntes/ (¿electores?). En fin. Ahora que la licitación para definir quién pondrá los buses (sí, buses otra vez) nuevos que deberán teóricamente poner orden a la deblacle urbana, la turbidéz del acto público, al menos de algunos de sus actores, siembra dudas del tamaño de trasatlánticos sobre la viabilidad final de esa buena pero insuficiente iniciativa. Entre tanto, se entroniza otro sistema de transporte que obedece a las leyes del caos y se acomoda perfectamente a nuestra idiosincrasia. Su nombre podría ser uno más directo, simple y gráfico: Inmóvil.

miércoles, 28 de enero de 2009

Noticias de impacto

No recuerdo cuantos balazos le dispararon a la víctima. Lo que sin duda alguna me dejó mal herido, del oído al menos, fue la cantidad de 'impactos' que la reportera de televisión que transmitió la noticia nos 'propinó' a los sufridos televidentes en su apurado informe. Leo en el diccionario de la Real Academia que 'impactar' es un verbo transitivo que tiene dos acepciones:
-Causar un choque físico.
-Impresionar, desconcertar a causa de un acontecimiento o noticia.
Resulta que en los medios de comunicación, al menos aquí en Panamá, se abusa hasta la saciedad de la primera, cada vez que nos buscan dar una segunda.

martes, 27 de enero de 2009

La tigresa

"La guial se veía bien", dice Pablo, el taxista, pero en la pausa que le sigue a esa frase, con su sonrisa socarrona colgada del retrovisor, con el calor hirviendo en su carro sin aire acondicionado adivino que en seguida la matizará. "Pero un paciero con el que iba me dijo ¿ya la viste bien?. Y me fijé bien en la mujer esa. Y tenía todo el cuerpo rayado, los brazos, el cuello, las piernas llenos de marcas. Parecía un 'zipper'", remata. Era una mujer marcada. Una guerrera. "Pero a mi otro amigo le gustan así", dice, como tratando de comprender esa extraña afición. Las muchachas de las bandas quieren estar a la altura. Mostrar sus brazos con tatuajes. Enseñar sus marcas de guerra. Yasuri Yamileth no es un simple mito urbano. No es solo una canción. Existe y se reproduce en esas muchachas que van a la batalla con la misma intensidad con la que aman y odian. Y que se fajan igual con hombres y mujeres en peleas a cuchillo, navaja o 'gilette', generalmente por motivos pasionales, o por luchas territoriales, o por liderazgo dentro de la banda. Las marcas en la piel representan rango, bravura, determinación, 'demencia'. Y hay tipos a los que los seduce esa intensidad. Es como una droga. Un gusto escabroso por el peligro. Quieren una tipa 'de alante', aunque después, cuando los celos, fundados o no las empujen a perseguirlos con el 'filo' en la mano, lo lamenten. Las tigresas son peligrosas.

sábado, 24 de enero de 2009

La letra con sangre entra

La primera impresión es el espanto. La segunda el asco. La tercera, la indignación. Luego siguen la tristeza, la vergüenza, el enojo, el cansancio, el desdén y cuando menos lo pienso, llega la indiferencia, un poco fatigada de tantas vueltas para llegar a lo mismo. Un rostro ensangrentado que se asoma, literalmente estrellado, desde la portada de un tabloide me deja el desayuno a la mitad y más preguntas que respuestas. La fórmula de los tabloides es universal y perdurable. El escándalo, el rojo, los cuerpos destrampados era desde antes de mediados del siglo pasado la receta infalible para vender periódicos (¿alguien vio The Public Eye, la película con Joe Pesci en el papel de buitre-fotógrafo de policivas?) a despecho de la sensibilidad de la gente, del dolor de los parientes de los muertos casi anónimos que se presentan a diario y que atomizan y singularizan la violencia que padecemos (cási escribo 'vilencia' y creo que no hubiera estado mal del todo el neologismo). Ahora los científicos han descubierto que sí, que ese gusto morboso por la brutalidad gratuita que nos regalan (no, ¡nos la venden!) los tabloides (y cada vez más la televisión, que añade la acción, el escándalo sonoro) está inserto en nuestro más recóndito rincón de la psique, como recuerdo de épocas aún más brutales (¿cabrá tal cosa?), cuando la desgracia del vecino representaba nuestra propia supervivencia. Los gordos editores de tabloides siempre apostaron a las bajas pasiones, a lo elemental de la condición humana, para cimentar su negocio, y de paso contribuír con la enajenación general que nos evitara la fatiga de buscar razones para las cosas y maneras de cambiar el feo mundo al que, según ellos, debemos resignarnos. Ahora la alta ciencia los recompensa. Parece que todos, al final, trabajan para el mismo patrón.

viernes, 23 de enero de 2009

Yo no dije lo que dije

Al ministro de Gobierno y Justicia de Panamá, Dilio Arcia, le gusta la claridad. La semana pasada, al término de una reunión sobre seguridad en la región, donde las autoridades centroamericanas debatían sobre el avance de la delincuencia en estos países y las estrategias para enfrentarla, el ministro soltó la perla: "la ciudad de Colón es la más violenta del continente". Según el Premier (nadie me ha explicado por qué a este ministro se le llama 'premier', como si se tratase de una película de estreno), las cifras ponían a la ciudad atlántica panameña, proporcionalmente hablando, en un nivel de inseguridad peor (¿más alto?,¿más bajo?) que el de ciudad de México.
Pues sucede que el jueves de la semana pasada, durante una visita a Colón, Arcia se desdijo cándidamente de sus palabras, insinuado (como suele ocurrir con estos funcionarios) que había sido citado "fuera de contexto", y aunque no desmintió lo aseverado, sí señaló que había ido a esa ciudad a 'revertir positivamente' (no tengo idea de qué será aquello) sus palabras, para lo cual se había reunido, dijo, con dirigentes empresariales de la Zona Libre de Colón. Además pidió disculpas (qué diplomático) por el efecto de sus dichos. Un poco tarde, porque la primera noticia dio la vuelta al mundo en los cables internacionales, pero a la segunda casi nadie le prestó atención. A no ser los operadores de turismo, los comerciantes, los funcionarios que insisten en mirar (y que miremos) para otro lado para tranquilizar su mala conciencia. Qué considerado.